miércoles, 31 de julio de 2013

COMUNIDAD BÍBLICA MARÍA MADRE DE LOS APÓSTOLES





Amparado bajo el titulo “Salve, OH María, Madre de los Apóstoles”, el pasado día  24 Enero de 2013, publicábamos en el blog la siguiente entrada:

Salve, OH María, Madre de los Apóstoles y Madre nuestra, que nos enseñas a ser apóstoles, ya que “apostolado es hacer lo que TU hiciste: diste a Jesús al mundo, a Jesús Maestro, camino, verdad y vida. Dando a Jesús camino nos has dado la moral cristiana; dándonos a Jesús verdad nos ha dado la dogmática; y dándonos a Jesús vida nos ha dado la gracia”, escribía el beato Santiago Alberione. Y describía al apóstol como “quien lleva a Dios en la propia alma y lo irradia a su alrededor  y comunica de su abundancia a los hombres... transpira a Dios por todos los poros con sus palabras, obras, oraciones, gestos y actitudes, en público y en privado, en todo su ser.” Y continúa: “En grado sumo y con semejanza inigualable, este es el rostro de María”.

A ello anhela y está asentada la Comunidad Bíblica María Madre de los Apóstoles.

Gracias por vuestra colaboración y ejemplo.

Posteriormente  dos entradas:

<> 25 de Julio,  “

También para ti”

<> 30 de Julio “ Testimonio”.

 Han sido suficientes las consultas recibidas de fervientes seguidores del blog, interesándose por la Comunidad Bíblica María Madre de los Apóstoles. Con gratitud inmensa y muy gustosamente pasamos a dar la información  requerida:

¿Qué es la Comunidad Bíblica María Madre de los Apóstoles?

Es una comunidad compuesta por hombres y mujeres de todas las edades que por medio de la escucha catequética del Evangelio deseamos crecer como discípulos de Nuestro Señor Jesucristo.

 ¿Dónde y cuando se celebran las catequesis?

 Los sábados a las 6 de la tarde en la capilla de los Misioneros Combonianos - C/ Arturo Soria, 101 Madrid

¿A quien o donde debo dirigirme para contactar?

 Padre  Antonio Pavía   Tf º.  91 415 24 12
 
 
 
 

martes, 30 de julio de 2013

TESTIMONIO


 
 

Domingo, 14 de Julio, con los últimos retoques, repasando en mi cabeza todo lo que necesito para la semana que recarga al máximo las baterías… este año nos toca el tema de “Moisés” ¡qué gran patriarca!, ya con nervios, emoción y alegría donde escrutaremos poco a poco lo que nos ha regalado este hombre a los cristianos.

Bueno, pues me encuentro con un susto inesperado, una llamada el domingo por la mañana de mi madre que tenía un problema y que iba al hospital, aún no alcanzaba a comprender el alcance y al final fue una cosa bastante seria… ¡no tenía equilibrio por un problema con un oído!,  mi madre sin poder casi hablar, mareada, con vértigos, sin poder sostenerse… no la reconocía. Lo de “el hombre propone y Dios dispone” es una realidad como un templo. Yo, como buena española, me dejé todo para el último día, pero muy organizadito en mi cabeza: guardar la ropa en la maleta, terminar los preparativos del encuentro con nuestra Comunidad, los cuadernos, estampas, partituras, cositas de última hora… y ¡todo al garete!, al hospital corriendo.

Como no es menester entrar ya en temas personales tan solo hago constar que nuestro querido Dios me dio un gran testimonio de amor por el Evangelio en la persona que mi querida madre…  vi que no estaba ni mucho menos para ir al retiro al día siguiente, con lo que hice unas llamaditas para informar que no contaran con nosotras hasta el martes por lo menos Me lo propuse, cogí a mi madre que se preparó la maleta y con la medicación extra, junto con el resto de farmacia que llevan en los bolsos y nos fuimos tranquilamente el martes a Segovia. No me da pena no haber estado presente en la primera catequesis del retiro porque he comprendido que hay que saber esperar los tiempos de Dios (aunque a veces nos parezcan eternos) con lo que llegamos cuando nos tocó llegar.

Las catequesis sobre Moisés fueron para cada uno de nosotros como ponernos un espejo delante y cambiar la imagen de Moisés por el reflejo de la tuya, todos en silencio y guardando en el corazón cada palabra que escuchábamos, meditando sobre todo lo que escuchábamos.

Comentar que me quedo con frases que me llenaron muchísimo a nivel personal, obviamente a otro le llenaría otras frases, pero quiero compartir mi experiencia personal:

* Es fundamental y necesaria la noche oscura en la vida de cada uno de nosotros, si no nunca conseguiremos pasar de la fe infantil a la fe madura.

* Dios no quiere oír promesas, sino el HEME AQUÍ, como Moisés, como Jeremías, como María, como el hijo pródigo. Da igual lo sucio que está tu alma, Dios ve en lo secreto y ve si tu entrega es de corazón, aún con todos nuestros pecados, críticas, insultos, envidias, soberbias, etc. Dios quiere verte con las manos abiertas. No va a mirar nunca hacia atrás, no te va a sacar la lista y a repasar todo lo que has hecho antes, ¡no!; la rompe y empieza de cero contigo, sin pedirte cuentas atrasadas.

* Otra cosa sobre la que nunca se me había ocurrido pensar es que ANGEL – EVANGELIO tienen en común “ANGEL” que es NOTICIA, por eso EV (significa Bueno) y EVANGELIO, por tanto es Buena Noticia… un poco de culturilla nunca nos viene mal… ¿y lo de sustituir “SIERVO” por “HIJO AMADO”???

* Un símil precioso que surgió fue que tu camino hacia Dios es como subir en un globo donde tenemos un montón de lastre para subir, es decir, que tenemos que ir tirando una bolsita de lastre llamada dinero, otra de envidia, otra llamada soberbia, y así, hasta que el globo es capaz de subir y subir hasta Dios…

Por último, quiero compartir con todos la reflexión que cada uno de los asistentes al retiro hace el último día y que se nos permite compartir entre nosotros, si quieres claro. Espero de todo corazón que disfrutéis con las palabras que Dios puso en mi papel y boli  y que transcribí…

“Hace dos mil años, en Israel nació Jesús, el Mesías tan anunciado y esperado por el pueblo judío… pero claro, es muy fácil pensar en el ya llegará, pero cuando llega de verdad el momento y además reconoces los signos, tan anunciados desde años atrás… vas y te niegas a VERLOS y RECONOCER que el llegará es un YA, AHORA.

Me sorprende enormemente que en esa época, en la que no existía la electricidad y por tanto ningún aparato eléctrico que la use, tal como el teléfono, la televisión, radio… y muchísimo menos nuestros súper teléfonos móviles, tablets, Internet… etc. Me sorprende cómo Jesús, SOLO un HOMBRE, escoge a sus discípulos no con engaños, sino con su Palabra, que era la Palabra de Dios. Ellos sí ven y reconocen y anuncian que en Él si se cumplen todas las profecías escritas en los rollos que se saben de memoria, y sienten que Jesús tiene una fuerza que viene de Dios directamente. Los discípulos VEN los signos, CREEN en Él y le SIGUEN. Fijan sus ojos en Jesús.

Pues no queda ahí la cosa, sino que CREEN y además se atreven a ir anunciando el EVANGELIO, ni más ni menos… por TODO el MUNDO. Sin coches, ni aviones, ni trenes ni megáfonos. Sospecho que tampoco se dedicarían a alquilar el Centro de Convecciones para dar mítines, ni repartían gorras ni banderitas ni regalaban bocadillos, ¡no!, iban tan solo con la FUERZA que les regaló Dios, que fue Jesús junto con el Espíritu Santo, y ya veis… ¡qué fuerza incalculable! Esta fuerza tan solo la puede tener el sincero de corazón y abierto a acoger las palabras de Dios, esa fuerza es inmedible.

Entonces me pregunto: ¿Cómo es que ellos sí consiguieron llegar al MUNDO ENTERO? ¿con estas condiciones de partida???? Y yo, llamada a ser santa, con el corazón entregado a Él… (¿seguro?) ¿Cómo es que me da a veces reparo o vergüenza enviar un email a mis amigos de Evangelización????? O bien me callo en una conversación en la que podría dar testimonio de Jesús en el trabajo, con los amigos… o me callo en algunos ambientes, o no digo que soy creyente para que no me señalen…

Ejem, bueno, pero me queda el consuelo de que voy a misa todos los domingos y fiestas de guardar (salvo que tenga algo más importante que hacer, claro) y en vacaciones… (¿también hay que ir?) lo bueno es que después me tomo el cafelito con el resto del grupito que nos juntamos y comentamos lo bien o mal que nos ha ido la semana.

Gracias a Dios, se me ha dado a conocer y me ha dado ese AMOR, esa FUERZA que está VIVA en la tierra; Jesucristo se nos presenta en cada persona que te rodea, de mil formas, pero tenemos que aprender a quitarnos la venda y a verle en cada uno de ellos. Verás entonces cuántos necesitan hablar, ser escuchados, otros necesitan compañía, en otro momento eres tú quien necesita del prójimo, pero, sobre todo, serás capaz de ver cuánto AMOR necesitan los demás, que son, como yo, BUSCADORES, y que buscan esa Palabra que yo ya conozco, por eso Dios me llama a Evangelizar,  a compartir lo que se me ha dado a conocer con ellos.

¿Y cómo? Diciendo HEME AQUÍ, SEÑOR, que tu sierva (HIJA AMADA) escucha.

¡Gracias, Padre mío, por soplarme cada día tu Espíritu Santo y

ser mi Ithiel! (Dios conmigo – yo con Dios).”
 
            Loli P.
            Comunidad María, Madre de los Apóstoles.

            Julio – 2013

lunes, 29 de julio de 2013

EL "BUS" DE AVELLINO (ITALIA)




¡Papa Francisco! Tu pueblo se duele como se duele España… No ha sido un tren, Francisco, ahora un autobús cargado de emociones ha “volado” desde lo alto para caer a los pies de Dios.

Todos los que mi Padre ha recogido en sus manos, los ha llevado al “Hospital Celestial”, C/ Vía del cielo nº 70… Ya un ejército de ángeles ha vendado sus almas; ya descansan sus camillas en  las praderas del  cielo. “En pocos segundos” la vida ha vuelto a ellos ¡Arte de magia de mi Dios! ¡Palabras cumplidas de mi Jesús!

Italia, madurez del cristiano, Avellino, pueblito napolitano… llorad por vosotros, por sus ausencias cotidianas, no por ellos ¿vale? Pues viven un amor grande en plenitud.

Fe, fe en vuestros corazones y leed el Evangelio. Ahí están los “intercambiadores de autobús”, las estaciones del final del viaje, donde las almas se apean camino a las moradas que construyeron para nosotros. Es un lugar tan bonito, con tantos amigos del mundo y de la Biblia, que aún están dando besos de encuentro. Unos “convalecen” pero saldrán pronto. María les va a visitar y muchos más para darles ánimo en su recuperación…  

Familias queridas, rezad el Padrenuestro, despacito y con sentimiento. Esa oración es genial para preguntar a Dios cómo van sus heridas, si ya han salido para disfrutar de las enormes praderas…

Niñitos que habéis dejado este mundo para ir al otro, no os asustéis, os están esperando para jugar, para enseñaros tantas cosas, tantos animales… Cómo decía Juan Pablo II, también moran allí nuestras queridas mascotas. No paréis de jugar, creced en Espíritu, seréis como Arcángeles… ¡Lo vais a pasar bomba!!!

Papa Francisco, cuando vuelvas a tu ciudad, tú que estás más cerca de Dios, dile de mi parte que haga algún milagrillo ¡porfi! Que de momento no se vaya tanta gente por accidente, que muchos necesitan de nuestras oraciones y si se van tantos… Habrá menos Padrenuestros por los que ya se fueron antes…  Dile a Dios que tantas lágrimas seguidas, entristecen tanto al hombre…

A ti Dios, sé que me escuchas: Refuerza la responsabilidad de aquellos que en sus manos llevan las vidas de tus hijos y tengamos tiempo, Padre mío, para convertirnos a Ti y conocerte en la tierra. Así, muchos de los que se van no tendrían que ir al hospital de la C/ Vía del Cielo nº 70.

Emma Diez Lobo 2013          

domingo, 28 de julio de 2013

DIOS VIAJABA EN EL TREN


 

¡Basta ya! mundo, basta ya… Dios estaba allí, como una nube arropando sus lamentos. Basta ya de preguntarle ¿Por qué a mí? ¿Dónde estabas Tú?

¿No sabéis que su Hijo también murió y no por accidente? Era su Hijo… 33 años, tan sólo 33 y nosotros le crucificamos con lentitud. Él no preguntó ¿Porqué Yo Padre? ¿Dónde estás?... No,  con un sufrimiento inhumano de horas, aceptó su destino por amor a ti y a mí, por las almas del tren…

¡Si eres Hijo de Dios, que baje Él y te salve!!! ¿Bajó Dios? No, y Dios estaba con Él llorando su dolor, su gran tristeza y amor incomprendido; Dios sólo esperaba allí para recogerle, no le desclavó, no hizo un numerito de magia para satisfacción de los asesinos, del diablo... No, con su “Muerte” vinieron después sus magias: Elección de un camino en libertad -derecho inalienable del hombre-; el milagro de la fe. El hombre sin fe, mata; el hombre yerra; el hombre crea trenes de “alta velocidad”… Es el hombre el provocador del dolor y la alegría.

 No Le eches la culpa a Dios. Él no castra los “haceres humanos”; Él no va a cambiar las balizas de seguridad de un tren ni ampliar los muros de cemento pegados a sus vías; Él no va a interrumpir los adelantos -erróneos o no- del hombre. No evitó la bomba atómica, tampoco los tsunamis..., porque no era su labor cortar libertades, siquiera sobre la naturaleza de la tierra. 

Cuando estuvo aquí nos dijo: “Estad preparados porque no sabéis ni el día ni la hora”, ¡Nos avisó a todos!!! Nos avisó, precisamente por nuestra condición de libres. 

Ese es nuestro Dios, le debemos el coraje en el combate con “el adversario…”. Dios no creó bonitos y santos robots humanos, sino seres semejantes a Él. Es el hombre quien confecciona “maquinas inteligentes” para bien o para mal. Dejad pues de preguntarle ¿Dónde estabas? Pues allí con vosotros, recogiendo las almas “del error, del capricho humano…”.  

Cuando todo va bien, Dios “no existe”; cuando las cosas van mal, casualmente Dios aparece en nuestro  lenguaje… Unos para reafirmar su no existencia ante el mundo y otros para decir ¡He perdido la fe ya no creo en Dios! 

¿Pues sabéis? No habéis meditado el porqué de su venida a la tierra, no habéis escuchado sus Palabras. Y es que a veces te arrastran “manos y deseos humanos”. Esa no meditación, te hace no comprender y que gane el “adversario”, nadie más que él, para negar a Dios.

Señor, que la fe se refuerce con estos hechos… Este accidente catastrófico, como otros sucedidos y que los que acontecerán, son el gran anticipo de tu AVISO: “Ni el día  ni la hora”...

Recoge pues las almas de las vidas que el hombre mata; no cortes nuestra libertad y ten misericordia del mundo. ¡No sabemos lo que hacemos, Dios! Ya lo dijiste un día, por eso, no te separes de mí ni un minuto pues quiero estar preparada por si mañana me “voy” yo.

Gracias por avisarme. Y te pido Señor que las lágrimas derramadas, por los que “se marcharon”, se conviertan en un océano de amor hacia Ti; que tu hombro y tus brazos sean el refugio de los que quedaron heridos en el cuerpo y en el corazón.

Emma Díez Lobo        

viernes, 26 de julio de 2013

EL TREN DE LAS ALMAS



                               

Ahí viajabais todos portando vuestras almas en paquetes de humanidad… Sí, el Santo os esperaba con brazos abiertos; meditabais su imagen, su ciudad, su Santo día…

¡Ay! Apóstol de Jesús. Tú, uno de los 12 que conviviste con mi Dios en Jerusalén; tú hijo del Zebedeo y hermano de Juan evangelista ¿Recuerdas tu sufrimiento? ¿Recuerdas tu viaje por aquellas tierras galaicas, pueblitos casi sin nombre?

Hoy también sufres, querido discípulo, hoy también ellos viajan al “pueblito sin nombre” con tu nombre…  Dime Apóstol, cuándo llegaste a las vías del tren, donde tus amigos “durmieron” para saludarte ¿Te los llevaste a la fiesta del cielo? Tu fiesta es infinitamente mejor… Pero ¿Sabes? Las familias lloran sus ausencias…

Dime algo para yo decirles, háblame al oído para yo consolarles, pregúntale a Dios para yo contarles… 

¡Ah! Te escucho, tus jardines son de un verde espectacular, la alegría inundará sus corazones, sus familias, sin tiempo, les esperan… El amor es bestial.

Ya sabes Santiago, amigo mío, sólo por hoy deja tu catedral y llévales contigo. Están un poco perdidos en esa nueva existencia, no les dejes de tu mano. Muchos llevan las mochilas llenas, otros… Si alguno la tuviera un poco vacía, dile a Dios que le perdone, que se olvidó de llenarla, que creía que tendría tiempo para hacerlo. Ruégale a María -sé su intercesor- y dile que estaba despistado… ¡Que iba a verte!!!

“Amigos” del tren, no os preocupéis… Dios murió por vosotros, sois privilegiados de estar cara a cara con quien tanto os amó. Decidle que aún quedo yo, que no se olvide de mí y que bendiga esas vías de hierro hacia Santiago. Pues os “habéis dormido” en el camino a la ciudad del Santo y desde esas tierras, cruzar a la eternidad… ¿Qué mejor amigo de Dios para conduciros?

Hermanos en el alma y desconocidos en el cuerpo, no os preocupéis. En el cielo no hay tiempo, ya estáis con vuestros padres y hermanos de sangre, con  vuestros amigos… Con todos los que dedicaron sus vidas a salvar vuestras almas, sin pediros nada… Tened la seguridad de que Dios, Padre vuestro y mío, os dará todo aquello de lo que aquí carecisteis, pues sólo os pidió amor de verdad…

Él os tiene muy en cuenta por vuestro viaje para estar junto a su gran amigo Santiago, no lo dudéis. Orad por nosotros que aún tenemos que llegar, aunque “ya estemos todos juntos”.

Cuando miréis al firmamento, a la historia del mundo, a las galaxias, al principio del universo… Pensad en vuestras familias y decidles, como podáis, que no tengan miedo, que hay un mundo maravilloso fuera de la tierra…  Invadid sus corazones con vuestros mejores recuerdos y de todos nosotros… ¡Ahí van nuestras oraciones al cielo!!!

Emma Díez Lobo                 

 

jueves, 25 de julio de 2013

TAMBIÉN PARA TÍ


 
¡Hola demonio! No te salen bien las cosas ¿Verdad?, chico por esta vez tu sola presencia ha hecho expandir el Espíritu de Dios por continentes lejanos, por casas y ciudades a kilómetros de distancia de “San Frutos”…

¿Sabes?, mejor vete a tus tinieblas que las nuestras nos las pone Dios.

Huye compañero de mi vida, que estoy en la casa del Altísimo… Si, ya sé que las ventanas están abiertas ¿Y qué?

Te has metido en “Roca ajena” de mil puentes de plata que me separan de ti.

Atiende “amigo” de mi humanidad, que he venido para llevarme una lanza y un escudo, armas de mi defensa cuando fuera de este recinto, estés frente a mí.

Olvídate de este lugar por unos días, que no tienes sitio ni en la mugre de los pasadizos secretos…

Y aunque lejos de aquí me esperarás, pues te conozco bien “compañero”, muy bien, tanto,… Que volveré aquí cada año. Porque ¿Sabes? Tu insistencia me paga el viaje -dinero bien usado en mí, “amigo”- No te salen bien las cosas, te dije… Simplemente se vuelven contra ti.  

Y no te rezo una santa oración, porque no lo entenderías, ni mi alma en libertad  me deja hacerlo… Estás condenado a no ser rezado para Dios. Lo siento “amigo”, continua en tus infiernos, que yo buscaré el cielo de la mano del Aquél que vino a arrebatarme de las tuyas.

¡Adiós demonio y escúchame! Relájate y vuelve por dónde has venido, que yo también puedo vivir sólo con la verdad y en libertad sin ti. Ahora y siempre en Dios, mis hermanos y yo… 


Emma
Ejercicios Espirituales en Seminario de “San Frutos” -Segovia 2013-









lunes, 22 de julio de 2013

EMPAPARÉ VUESTRA ALMA


Ser. Alcanzar la plenitud de la existencia sin desplazar a nadie. He ahí la obra por excelencia de Dios en una persona. Él la hace en todo aquel que escogió crecer en la buena y fértil tierra del Evangelio. Éstos que así decidieron y escogieron son hombres conciliadores que no rehúyen la comunión con el diferente. Al ser conciliadores, son también pastores que impulsan la reconciliación de sus hermanos con Dios (2Co 5,18-20).








Los apóstoles recibieron este envío. Por supuesto que era toda una novedad. Nadie había hablado así, nadie les había abierto las puertas hacia un espacio de libertad sin horizonte alguno. Nadie les había hecho señores sobre todos los miedos que amenazan y coartan al hombre: inseguridades,  las penumbras del futuro, el ser amados por y para siempre, no cansarse nunca de amar a quien amas y, por supuesto, saber acoger lo que es considerado un espectro: la enfermedad y la muerte. Puesto que todos estos miedos son reales, comprenden la urgencia de Jesús: ¡id hacia el hombre!

La voz del Señor y Pastor resuena más en sus almas que en sus oídos; saben que ni van ni están solos. Confían en quien les envía porque en Él han podido comprobar que el Dios de la Palabra es veraz, por lo que creen en la confesión de fe del salmista: “El Señor es mi Pastor, nada me falta”. ¡Fueron y llenaron la tierra entera de palabras de amor y libertad!, palabras que se abrieron hacia los que las acogieron, en forma de Camino, Verdad y Vida. Fueron y demostraron al mundo que eran más fuertes que la muerte. Y así, pronto el mundo empezó a martirizar a los primeros testigos de Jesús: Esteban, Santiago, Pedro, etc. Ningún poder fue capaz de detenerlos; su Señor estaba con ellos, por lo que nada les faltaba. Y aquellos que creían que les arrebataban la vida no sabían que les estaban abriendo las puertas hacia el Todo. Nada les faltó, y el Todo al que aspiraban, alcanzaron.

Aunque sea un poco por encima, nos apetece entrar en el corazón de Pedro, la piedra escogida por Jesús para edificar su Iglesia: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18). Recojamos la historia desde el principio. En el primer encuentro  miró a sus ojos y lo hizo suyo, grabando en su corazón un amor indescriptible: “Jesús, fijando su mirada en él, le dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas…” (Jn 1,42). Nunca los ojos del Hijo de Dios dejaron de acariciar a este su pastor, ni siquiera cuando  cayó estrepitosamente vencido por su debilidad. ¡Qué fuerza irradió la mirada de Jesús en esa noche de su pasión, que el pobre pescador naufragó en sus propias lágrimas! “El Señor se volvió y miró a Pedro, quien recordó sus palabras: “Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces”. Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente” (Lc 22,61-62).

Han pasado los años. Vemos a Pedro pastoreando su rebaño con el amor que ha recibido de su Señor y Pastor. Nada le falta, nunca había tenido tanto, su Señor lo es todo para él. Y se sobrecoge ante otro misterio: ¡nunca había dado tanto! No da de lo que tiene, sino de lo que recibe ininterrumpidamente de Dios. Al igual que su Hijo, y porque ha sido formado y moldeado por Él, puede confesar, con la sencillez de quien ha sido gratuitamente rescatado y amado: “…llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre…” (Jn 14,30-31).

No nos extraña, pues, que Pedro, así enriquecido por el Señor Jesús, tenga la capacidad de confortar y fortalecer a sus ovejas con exhortaciones como éstas: ¡Alegraos de ser discípulos de nuestro Señor Jesucristo! “…a quien amáis sin haberle visto; en quien creéis, aunque de momento no le veáis, rebosando de alegría inefable y gloriosa…” (1P 1,8).

Pedro ha gustado, ha soberado  a Dios. Tal y como profetizaban las Escrituras, tiene empapada el alma, rebosa de la miel de sus palabras: “Sus palabras son más dulces que la miel, más que el jugo de panales. Por eso tu servidor se empapa de ellas, gran ganancia es guardarlas…” (Sl 19,11b-12). Justamente de esta su abundancia es de donde saca para dar de comer a sus ovejas, lo había profetizado Jeremías: “Empaparé el alma de los sacerdotes de grasa, y mi pueblo se saciará de mis bienes” (Jr 31,14).

Por supuesto que todo esto nos da una idea de la sobreabundancia de Dios y de la sobreabundancia del alma de Pedro. Mas es necesario completar esta descripción con un broche de oro: pudo afirmar con autoridad, sin asomo alguno de falsedad, ni ridículo moralismo que tan a rancio huele: “¡El Señor es mi Pastor, nada me falta!” Sólo desde la enorme riqueza que recibió de Jesús podemos apreciar sus exhortaciones a los primeros pastores de la Iglesia: “Apacentad el rebaño de Dios que os está encomendado, vigilando, no forzados, sino voluntariamente, según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino de corazón…” (1P 5,2). Exhortación que no ha perdido nada de su valor. Más aún, como ya hemos dicho antes, éstos son los pastores que “nuestra sociedad autosuficiente” pide a gritos.

 

 


lunes, 15 de julio de 2013

EL PAPA FRANCISCO A LOS SEMINARISTAS Y NOVICIAS



Papa Francisco“Hacerse sacerdote, religioso o monja no es una opción primariamente nuestra. No me fío de una novicia o un seminarista que dice: "He elegido este camino”. No me gusta, no funciona. Nosotros respondemos a una llamada de amor. Siento algo que me inquieta dentro, y respondo sí”.
Unos 6.000 seminaristas y novicias participaron en este encuentro. El Papa les dijo que seguir el camino de Jesús no consiste en tener bienes materiales, sino de gracias interiores.
Papa Francisco“Cuando ves un seminarista, un sacerdote, una monja, una novicia triste y con cara larga que parece que le han puesto por encima una manta mojada, muy pesada, que te baja la moral, algo no funciona. Por favor, monjas y sacerdotes, nunca pongáis cara avinagrada, nunca. La alegría verdadera llega de Jesús”.
También les dijo que atravesarán tiempos difíciles y que entonces deben buscar en su interior y transmitir la alegría que se deriva de anunciar el Evangelio. También les pidió que no hablen mal de los demás. Una costumbre que también atrapó al Papa y de la que se arrepiente.
Papa Francisco“Perdonadme, pero es algo común. Celos, envidia, hablar mal de los demás. No sólo de los superiores, esto es un clásico. Quiero deciros que esto es algo habitual. Yo también he caído en este vicio. Tantas veces, muchas. Y me avergüenzo, me avergüenzo de esto. No esta bien hacerlo”.
La respuesta se forja creando una comunidad fraterna. Francisco reflexionó sobre un pasaje de la Biblia y dijo que aunque se tengan uno o dos amigos de verdad, están llamados a construir un ambiente fraterno con todos. Un mensaje que marcará sus vidas.


sábado, 13 de julio de 2013

PARA IR CALENTANDO MOTORES JMJ RIO 2013





Oración Oficial para la JMJ Río2013

¡Oh Padre!, enviaste a Tu Hijo Eterno para salvar el mundo y elegiste hombres y mujeres para que, por Él, con Él y en Él proclamaran la Buena Noticia a todas las naciones. Concede las gracias necesarias para que brille en el rostro de todos los jóvenes la alegría de ser, por la fuerza del Espíritu, los evangelizadores que la Iglesia necesita en el Tercer Milenio.

¡Oh Cristo!, Redentor de la humanidad, Tu imagen de brazos abiertos en la cumbre del Corcovado acoge a todos los pueblos. En Tu ofrecimiento pascual, nos condujiste por medio del Espíritu Santo al encuentro filial con el Padre. Los jóvenes, que se alimentan de la Eucaristía, Te oyen en la Palabra y Te encuentran en el hermano, necesitan Tu infinita misericordia para recorrer los caminos del mundo como discípulos misioneros de la nueva evangelización.

¡Oh Espíritu Santo!, Amor del Padre y del Hijo, con el esplendor de Tu Verdad y con el fuego de Tu amor, envía Tu Luz sobre todos los jóvenes para que, impulsados por la Jornada Mundial de la Juventud, lleven a los cuatros rincones del mundo la fe, la esperanza y la caridad, convirtiéndose en grandes constructores de la cultura de la vida y de la paz y los protagonistas de un nuevo mundo.

¡Amén!



viernes, 12 de julio de 2013

JESÚS LEE EN LA SINAGOGA





    

 
Después de estar en 20.000 sitios con una fama que ni los Beatles en su época, se volvió a Nazaret, su terruño, y no creáis que predicaba por las esquinas o en mitad de la calle pegando voces… No, eso lo hacen en E.E.U.U. no en Nazaret.

Como era sábado, entró en la sinagoga y antes de que nadie se pusiera en pié, se levantó Él para hacer la lectura; Le entregaron el “rollo” de Isaías  y ¡mira tú por dónde! encontró a la primera, el pasaje donde dice:

“El espíritu del Señor está sobre mí, porque Él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, a los cautivos y oprimidos la libertad, a los ciegos, la vista; para anunciar el año de Gracia del Señor” (ya lo decía Isaías ¿veis?). Volvió a enrollarlo, lo devolvió y se sentó; todos le miraban con asombro… Y Jesús les dijo: “Hoy (aquel hoy, es el hoy de hoy) se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. Mucha admiración en el momento, pero después veréis… Sigamos la historia.

¿No es éste el hijo de José? -¡Ya empezamos con las tonterías!- Él les dijo: “Seguramente me diréis, médico cúrate a ti mismo… Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra”. Y siguió hablando de Elías y Eliseo (profetas) que no habían podido hacer nada por Israel en tiempos de hambre, enfermedad y miseria… ¡Para qué fue aquello!, sus profetas les habían fallado (ya decía yo que la admiración les duraría poco) y llenos de ira le sacaron del templo y lo llevaron al monte para despeñarle…

¡Jopé con los de la sinagoga! Mucho leer la Palabra de Dios y cuando les daba el “fluss” o se tambaleaba su poder… ¡Al barranco! Pero Jesús muy tranquilo, se desenganchó de estos borricos (con perdón) y se volvió pasando lentamente por medio de ellos ¡jeje…! Se marchó otra vez a Cafarnaúm (doy por hecho que antes de emprender viaje, iría a ver a su Madre, aunque el evangelista no lo diga).

A Jesús siempre le pasaba igual. Cuando hablaba, lo hacía ex cátedra  y la gente quedaba “atontada” de puro entusiasmo; pero el verdadero problema eran los “sabios” del templo. ¿Creían estar por encima de los profetas?, o era simplemente su falta de fe… Una vez dijo Jesús: “No hablo a los sabios, que son duros de mollera -¡como para cambiarles una coma!-, sino a los humildes de corazón” (bueno, no de esta manera, pero lo dijo).  

Y así iba nuestro Dios, de ciudad en ciudad; Hoy somos más de 12 sus amigos, muuuuchos más, para entre todos devolverle aquellas palabras suyas: ¡Ánimo, somos mogollón y estamos contigo, no estás solo!!!
 
Emma D. L.         

jueves, 11 de julio de 2013

QUERIDO JUAN

Discípulo es aquel que da al Señor Jesús la libertad para que eche mano de su fantasía a fin de poder  hacer su obra en él. Y es que todo amor que se precie, y mucho más si estamos hablando del amor de Dios, debe tener su toque de fantasía.


 

Hoy pensaba en ti y quise escribirte ¿Sabes? Me duele tu vida. Sé que tu nacimiento fue la “cuna” de nuestra salvación; que no debías vivir como nosotros, que tu paso por la tierra fue fugaz… Que en lo mejor de tus años te mataron y yo me pregunto ¿Por qué Dios?

Tú sabías de su muerte tan estúpida, tan horrorosamente mundana…

Solo, encadenado en una mazmorra fría y nauseabunda, sin padres ni hermanos que te consolaran… Decapitado a espada en el más oscuro silencio por orden de Herodes; y en su fiesta, servir tu cabeza llena de terror en una bandeja de plata…  

No sé qué significa, no lo sé y tantas veces lo he pensado… Eras el amor de Dios, el hijo deseado de tus padres santos, fuiste tanto y en tan poco desapareciste… Y yo me pregunto ¿Por qué Dios?

Porteador amado de sus designios y victima odiada de nuestros caprichos… Una vida humana entregada al hombre en plena juventud… Pero no eras Dios y “decidieron” para ti, tu vida terrenal… Atado de pies y manos para el mundo sin poder evitar tu muerte… Y yo me pregunto ¿Por qué Dios?

Tu legado es preciosísimo; tus palabras escritas por los evangelistas, la humildad personificada; tu amor por las almas, la respuesta a tu existencia. Y yo me pregunto ¿Enviaste un ángel humano, Dios?

Mi Juan querido, mi joven muchacho… Tu muerte fuera como fuere, convierte mis lágrimas en amor por ti. Si algún día estamos juntos, dime que fuiste feliz, que tu labor había terminado, que no sentiste dolor, que querías irte con tu Padre… Que naciste para que yo te imitara porque yo, Juan, no soy un ángel enviado y sólo puedo aprender de ti.

¡Gracias por tus Santos bautismos, gracias por tu Santa vida!

¡Gracias Dios!

Emma Díez Lobo       

martes, 9 de julio de 2013

LA ESPERANZA DE CONFIAR EN ALGUIEN

    Cuando lo que creíamos haber conocido de Dios ha quedado relegado en el baúl de los recuerdos, no nos engañemos, no eran rasgos de Dios, sino proyecciones personales apoyadas sobre pies de barro. El que se acerca a Dios, sabe de Él… que es creatividad ininterrumpida, novedad continua; es pasión siempre ascendente que ascendentemente apasiona. Imposible olvidarlo, relegarlo, y más imposible aún aburrirse de Él.

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 Dios es mi Pastor, nada me falta. He aquí al hombre y también al Dios de quien la humanidad entera está, en realidad, hambrienta y sedienta. La misma humanidad que, generación tras generación, ha ideado mil formas para desatarse de la “supervisión de Dios”, ve desarmados todos sus postulados, debilitado el pulso que pretende echar con Él, ante el asombro que le provoca encontrarse con hombres que tienen bastante con su Pastor. Dios, a su vez, les cuida como a las niñas de sus ojos (Dt 32,10b). Los aparentemente increyentes asisten atónitos al milagro de conocer personas que confían realmente en Dios… Asombro que, con no poca frecuencia, da paso al deseo de conocer a este Dios en quien poder confiar su propia vida.

No es en absoluto una vida ascética lo que ejerce poder de atracción sobre todo aquel que ignora a Dios. El mundo en general está curado de las figuras ejemplarizantes que en demasiadas ocasiones mostraron que detrás de sus fachadas no existía verdad alguna. Sin embargo, son vulnerables a la atracción que ejerce sobre ellos la diáfana libertad que irradian estos hombres y mujeres, a quienes la mano de Dios acaricia y envuelve de tal forma que toda su vida es una proclamación de que se sienten amados por Él, y con Él tienen bastante.

Es una atracción que podríamos incluso llamar irresistible, porque, dada la precariedad y contingencia de todo el hacer humano, sí les gustaría a estos espectadores entrar en contacto con “un Dios” en quien y a quien confiar la propia existencia, tantas veces llevada de una parte a otra como si fuera una marioneta. El corazón de estos hombres se alegra al ver a personas que, al igual que el apóstol san Pablo, pueden decir con la sencillez de quien desborda gratitud: “sé en quién he confiado” (2Tm 1,12).

Todos ellos -que han vivido y viven entre nosotros a lo largo de la historia- provocan de una forma u otra la atención de todo su entorno, al margen de su creencia o increencia. Llaman poderosamente la atención porque se les ve poseedores de lo que todo ser ambiciona más o menos conscientemente: “la piedra filosofal de la existencia”. Hombres y mujeres a quienes Jesús hizo sus discípulos y que, como tales, irradian el don que han recibido: “la vida en sí mismos”, como dice Juan (Jn 5,25-26).

  La pregunta que aletea, irreprimible, entre las azoteas de estas líneas que configuran la intuición de Dios más profunda que el hombre puede albergar, no es otra que ésta: ¿quién nos enseñará a creer así en Dios, a confiar en Él más allá de los parámetros de prudencia que nos impone una sociedad tan sistematizada? En última instancia, ¿quién nos enseñará a ser de Dios?

Su mismo Hijo nos responde: “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios” (Jn 8,47a). Por medio de la escucha a Dios, de sus palabras, entramos como discípulos en la escuela de la confianza que es el Evangelio. Ya no necesitamos que nadie testifique acerca de nosotros. El Evangelio, sus palabras de vida eterna (Jn 6,68) que hemos escuchado y hecho nuestras al guardarlas… (Lc 11,28), ellas testifican de quién somos, quién es nuestro Padre. Él es quien da testimonio de nosotros, el único testimonio que su Hijo consideró irrefutable: “El Padre es el que da testimonio de mí, yo sé que su testimonio es válido” (Jn 5,32).

Os daré pastores según mi corazón, había prometido Dios (Jr 3,15). Id y anunciad el Evangelio al mundo entero. Id, vosotros sois los pastores que mi Padre prometió por medio de los profetas. Id y enseñadles a guardar la Palabra como yo os he enseñado a vosotros. Id, porque el hombre que tiene todo menos a Dios en su alma, no es nadie. Id con mi Evangelio en el corazón; él os testificará, un día tras otro, que no estáis solos, que yo estoy con vosotros. Id con mis palabras, sólo con ellas venceréis la tentación, siempre latente, de querer hacer vuestra obra. Id…