viernes, 14 de agosto de 2015

La Pasión




Cuando tengas dolor, tristeza o angustia, piensa en esto: La Pasión.

¿Qué crees que fue este pasaje? Pues ni más ni menos que tu dolor, tu angustia, tus lágrimas, tu soledad, la injusticia que has recibido o la incomprensión  y abandono que has sentido.

Él sufrió lo que tú estás viviendo ahora más el lento suplicio hasta morir, es decir, todo y lo de todos en 24 horas de un día: Su Pasión.

¡Imagínate como fue! ¿Puedes? Haz un intento y verás como en su amargura te observa, te mira y se para delante de ti para decirte: “Sé muy bien por lo que estás pasando, pero escucha: Mi Pasión sucedió por ti, por tus penas y tus males ¡Mírame!

Aquí me tienes, ensangrentado en el sufrimiento sólo pata ti. ¿Sabes cuánto te amo? Pues llévame contigo en cada lágrima y Yo la secaré, llévame en tu herida y Yo la sanaré, llévame, llévame y refúgiate en Mí… Yo no te tenía en el tormento, en cambio tú a Mí, sí. Bajé y sufrí para después ayudarte y Yo era Dios. ¡Imagínate el cuadro!

Recuerdo cuando veo a mi Madre desgarrada e impotente ante la barbarie de mis hermanos… Fue entonces cuando  le dije:  

Madre, amo al mundo tanto o más que a ti y por ellos, hijos tuyos ante La Cruz, debo llevármelos conmigo y, mientras recorren el camino hacia la muerte por la VIDA, me tengan de imagen y semejanza en el dolor; se refugien en Ti y en Mí para darles la fuerza que obtuve de mi Padre y no se sientan solos sino amparados por todos Nosotros que ya somos un “porrón” mirando hacia la tierra...

Mi Madre lo entendió aquel día y hoy en cada Eucaristía, me entrega y me entrego por el amor que te tenemos. Ella habla mucho de Mí ¡Te habrás dado cuenta de que la pobre Mujer no para!, a veces  hasta llora como Yo con mi Sangre en vuestras estatuas Consagradas ¡Para que veas!   

Ya sabes, en momentos angustiosos: Mi Pasión y rememora mis ojos clavados en ti. ¡Así que alégrate porque me vas a deshacer! ¿Es que no sabes que desde aquel día estoy contigo? Pues no lo parece… Cuéntame y Yo lo resolveré, pero ¡ojo al dato!: Mi voluntad sólo te llevará donde Yo pueda protegerte ¡Ahí queda eso! Te lo digo por si crees que no te hago caso ¡Qué siempre decís lo mismo!


De momento, parecerte a Mí me glorifica y me conmueve. Prometo estar contigo hasta el final del mundo, te lo dije. Verás cómo surge una sonrisa porque entre los dos llevaremos juntos tu carga y aunque tropecemos, no te preocupes, ya sabes que las sandalias tienen cintas y nos la podemos pisar o también tropezar con las piedrolas. 

Pero estamos juntos para llegar…      

 Emma Díez Lobo

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