domingo, 22 de noviembre de 2015

Amar al vecino




¡No, si lo entiendo, ni siquiera me saluda! Pero… ¿Nos cuesta mucho pagar con una moneda diferente a la suya, pensando que es un alma como la nuestra y que Dios desea se salve?, más argumento que este…  

Pues perdonad, pero ese es el fin del cristiano: Quitar los humos a la gente y que se tranquilicen un poco y si es posible, vean otra “cara” del ser humano. El “ese no es nadie; de ese paso…”, debería desaparecer de nuestro lenguaje. SÍ, si es alguien y muy importante, lo más.

Y es verdad, las almas que vemos por la calle, ascensor, tienda o Hacienda, son almas que un día se irán de aquí, y si las miramos “con ternura” tal vez influyamos algo en sus vidas. Debemos poner sentimiento profundo, pues son espíritus únicos creados por Dios porque así lo quiso. Y a Dios han de volver. 
  
Yo llevo tiempo haciéndolo y me va muy bien. No es difícil, aunque hay veces que te ponen cara de vinagre y como que no te caen bien, pero da igual, no lo pensemos y si podemos hacerles un favor… Pues ¡Una de favor para el caballero!!! (Qué ricos los calamares).

No tengo más que decir, excepto que cada día sea un nuevo intento ¡Veréis reacciones estupendas!

¡Hay caras que son espejo del alma y almas que retuercen sus caras de maldad!

(Pero nosotros a lo nuestro).


¡Suerte!!!  


 Emma Díez Lobo



No hay comentarios:

Publicar un comentario