sábado, 7 de noviembre de 2015

Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Jn 2, 13-22


  




Jesús de Nazaret

¿Cómo dejarte ser sólo Tú mismo,
sin reducirte, sin manipularte?
¿Cómo, creyendo en Ti, no proclamarte
igual, mayor, mejor que el Cristianismo?

Cosechador de riesgos y de dudas,
debelador de todos los poderes,
Tu carne y Tu verdad en cruz, desnudas,
contradicción y paz, ¡eres quien eres!

Jesús de Nazaret, hijo y hermano,
viviente en Dios y pan en nuestra mano,
camino y compañero de jornada.

Libertador total de nuestras vidas
que vienes, junto al mar, con la alborada,
las brasas y las llagas encendidas.

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