sábado, 19 de marzo de 2016

Entra, Amigo y Rey



Asciende y entra, Rey y Señor, a Jerusalén,
porque si no lo haces, tampoco, nosotros,
podremos ascender a la gloria que nos prometes.

Te esperábamos, Señor,
Aunque hoy digamos ¡viva!, mañana gritemos ¡muera!
Hoy nos adherimos a Ti, Señor,
para luego, siendo los mismos, decir no conocerte.

¡Cómo no bendecir tu nombre, Señor!
Si eres Palabra cumplida al detalle
Esperanza de los profetas
Cena que, en Jueves Santo, esperamos gustar
Frases que, en Viernes Santo, nos estremecerán.

¡Cómo no exaltar tu nombre, Señor!
Cuando sabemos, que al final,
después de las espinas y del dolor,
gritaremos lo que Tú, tantas veces nos repetiste:
"Hay que morir para dar abundante fruto".
AMEN

BENDITO EL REY QUE VIENE
Lc 19,28-40


Gritad ¡Hosanna! y haceos
como los niños hebreos
al paso del Redentor.

Como Jerusalén con su traje festivo
vestida de Palmas, coronada de olivos
viene la cristiandad en son de romería
a inaugurar tu Pascua con himnos de alegría.

Ibas, cómo va el sol, a un ocaso de Gloria
cantaban ya tu muerte, al cantar tu victoria.
Pero tú eres el Rey, el Señor, el Dios fuerte,
la “Vida que renace del fondo de la muerte.

Tú, que amas a Israel y bendices sus cantos,
complácete en nosotros, el pueblo de los santos.
Dios de toda bondad que acoges en tu seno
cuanto hay entre los hombres, sencillamente bueno.


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