domingo, 5 de junio de 2016

Sequía espiritual

                                                                                        
¡Jesús!!!

Menos mal que es cosa de “de vez en cuando”, sobre todo si nos dedicamos a asuntos “Cesáreos”,  como Hacienda, multas, dientes que se remueven (a lo mejor es que van a salir otros ¡qué lástima!), la llave que se pierde… En fin, colgajos varios que no paran de acosar; y aunque hagamos también angelitos en casa (los hago), no nos salva ni el “tato”.

Gracias amigo por recordarme que el día es suficientemente amplio incluso para pastorear, como Dios nos da a entender a cada uno. (Te pareces a Jesús echando broncas).

Y es que Dios es muy exigente y con razón; además las que somos “niña” podemos hacer muchas cosas a la vez (como siempre)… Ellos en cambio solo UNA (1) y no más Santo Tomás porque es imposible (si leen, no escuchan;  si comen no hablan;  si les llaman por teléfono, no preparan el café…  Jajajaja, un desastre).

Queda claro, no hacer “rosarios de bolas de colores” (por afición) si no sabemos utilizar las horas del día. Cuando nos parece que son pocas, es porque algunas se nos pierden en el camino (con las dichosas bolas) y si nos parece que son muchas… ¡Ay madre! ¿A quién le pasa eso? Pues a personas que sienten su corazón en soledad terrenal y, eso es triste porque tampoco contemplan la compañía de Jesús. Él siempre está y aguarda nuestra charla y nuestra vida.  

De sequía a inundación va un paso, sólo hay que darlo…


Emma Díez Lobo

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