lunes, 12 de febrero de 2018

Su presencia



                                                                 
Desde hace un tiempo me doy cuenta, supongo que a muchos nos pasa, de que Dios está a mi lado; no porque me escuche o no, ese es otro tema, sino porque se nota su presencia, es como si algo se hubiera pegado al cuerpo. 

A veces pienso ¿Será obsesión? Pero amigos, te pones a leer cualquier Evangelio y las cosas que dice, te convence. Dios no es abstracto ni te Lo han metido en la cabeza. Sus Palabras no son de un ser como nosotros, son únicas y tan llenas de sabiduría que se te van las dudas. Nadie es capaz de hablar como Él. ¡Imposible!

Ésta intimidad es fantástica, me lo paso genial, tal vez sea porque tengo montón de problemas sin resolver y escribir junto a Él me distrae, tanto que no arreglo nada. Es extraordinario, bueno en extremo y sabio como el mundo no conoce.

Todas sus palabras son para la vida, para que el sufrimiento no te desarme, para que seas un poco más feliz en la vorágine de este mundo. ¡Claro que el camino para entenderle es difícil!, pero cuando lo haces, te das cuenta de que lo único que desea es tu salvación.

Yo desconocía la “estrechez de su puerta” y vivía “sin pensar”… Ahora, cuido más mi vida y cruzo la Puerta Santa, pero me queda tanto por cambiar que el Mississippi se me hace corto.
  
Me ha consolado con lágrimas que me dormían, me ha librado de graves momentos; sí, me doy cuenta de su presencia y me toca ser a mí quien ha de pegarse a Él como un sello.

¡A ver si la puerta se “ensancha un pelo”!

- De eso nada…

- ¡Pufff!

Emma Díez Lobo

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